CÓMO CREAR UNA CULTURA INNOVADORA EN LAS PYMES

 

 

Con frecuencia escuchamos en los medios de comunicación que la clave para que nuestro negocio sobreviva, e incluso prospere, está en la innovación.

Innovar está de moda, no hay duda. Lo escuchamos por doquier. Tanto es así que cualquier producto parece que debe llevar en su descripción este término para mostrar así su modernidad y fiabilidad.

Pero el concepto de innovación no es ni mucho menos lo que la mayoría nos imaginamos. Realmente ¿de qué hablamos cuando hablamos de innovación?

Si el objetivo es innovar es conveniente repasar algunos conceptos básicos:

Imaginación: Imaginar que algo puede ser de otra manera es el primer paso hacia la innovación. Esto, que tan bien se les da a los niños, es el primer handicap para los adultos. Imaginar es generar ideas por el simple hecho de crearlas, sin un objetivo concreto.

Creatividad: La creatividad la han definido como la capacidad de generar ideas nuevas y valiosas. Para esta producción de ideas será necesario recurrir a la imaginación, ya que será ella la que nos proporcione todo lo referente a la variable "novedad".

Innovación: Innovar no es ser original (imaginación), ni siquiera es tener ideas útiles y novedosas (creatividad) sino que va más allá. Cuando innovamos es porque hemos llevado una idea creativa a un mercado y ha sido aceptada, cambiando algo del mismo.

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